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Qigong y TEA investigaciones hacia una nueva sensorialidad

El Qigong es una práctica china milenaria que combina movimientos suaves, respiración profunda y concentración mental para promover la salud y el equilibrio energético. En el contexto del autismo, algunos padres y cuidadores han explorado el Qigong como una posible intervención complementaria para ayudar a abordar ciertos aspectos del trastorno. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la evidencia científica sobre la efectividad específica del Qigong para el autismo es limitada y se necesita más investigación para respaldar su uso de manera concluyente.

Algunos beneficios potenciales del Qigong que podrían ser relevantes para las personas con autismo incluyen:

1. **Relajación y reducción del estrés:** El Qigong enfatiza la relajación y la respiración profunda, lo que podría ayudar a reducir los niveles de estrés y ansiedad.

2. **Mejora de la concentración:** La práctica regular de Qigong implica concentración mental y atención consciente, lo que podría beneficiar a las personas con autismo que enfrentan desafíos en el área de la atención.

3. **Estimulación sensorial:** Algunos movimientos suaves y repetitivos del Qigong pueden proporcionar una estimulación sensorial que puede ser agradable y reconfortante para algunas personas con autismo.

4. **Promoción del equilibrio y la coordinación:** Los movimientos controlados y suaves del Qigong pueden contribuir al desarrollo del equilibrio y la coordinación, áreas que a veces presentan desafíos en personas con autismo.

Es importante señalar que la respuesta al Qigong puede variar de una persona a otra, y no todas las personas con autismo experimentarán los mismos beneficios. Además, el Qigong no debe considerarse como un reemplazo para los enfoques de tratamiento convencionales basados en evidencia, como la terapia del habla, la terapia ocupacional y la terapia conductual.

Como con cualquier intervención, se recomienda que los padres o cuidadores consulten con profesionales de la salud, como terapeutas ocupacionales o médicos, antes de implementar el Qigong o cualquier otra práctica como parte del tratamiento para el autismo. La atención integral y la coordinación con profesionales de la salud son esenciales para diseñar un plan de tratamiento adecuado y adaptado a las necesidades específicas de la persona con autismo.

La investigación científica sobre la efectividad del Qigong específicamente para el tratamiento del autismo es limitada. La mayoría de los estudios sobre el Qigong y el autismo se han centrado en intervenciones más amplias que incluyen prácticas relacionadas con el movimiento, la relajación y la atención plena.

A continuación, proporciono ejemplos de estudios que exploran intervenciones similares y podrían tener relevancia para el tema:

1. **”A randomized controlled trial of Qigong intervention on the physical condition of patients with autism spectrum disorder”**
– Este estudio, publicado en la revista “Journal of Alternative and Complementary Medicine” en 2017, examinó los efectos de una intervención de Qigong en la condición física de personas con trastorno del espectro autista (TEA). Los resultados sugirieron mejoras significativas en la función física y la calidad de vida después de la intervención.

2. **”The Effects of Qigong on Immune Function and Symptoms in Women With Fibromyalgia: A Randomized Controlled Trial”**
– Aunque no se centra específicamente en el autismo, este estudio, publicado en “American Journal of Chinese Medicine” en 2013, examinó los efectos del Qigong en mujeres con fibromialgia. Puede proporcionar información sobre los posibles beneficios del Qigong en términos de síntomas y bienestar general.

Es importante destacar que la investigación en este campo aún está en las primeras etapas, y se necesita más evidencia científica para comprender completamente cómo el Qigong puede afectar a las personas con autismo. 

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